Y finiquitamos la minisección Cinexpress! con lo último de Tim Burton, SWEENEY TODD. Tal vez su película más arisca y oscura, sin duda alguna la más violenta, otra vez el bueno de Burton sabe retorcer material ajeno y proyectar en celuloide sus fobias y filias, ya conocidas por todos, aunque esta vez en formato musical, con un 90% de la película cantada por sus intérpretes (atención al vozarrón de Alan Rickman). Junto con el bellísimo tratamiento estético del Londres decimonónico, las fastuosas interpretaciones de su pareja protagonista y un ritmo endiablado (y buenas canciones, claro), SWEENEY TODD se convierte en una especie de arrebatada opereta visual sobre la locura embutida en un grand guignol deslumbrante donde los apasionados personajes son arrastrados, como marionetas, a un funesto (y muy sangriento) destino. Hay que verla en pantalla grande. Ahora, si no te gusta el marcado estilo Burton y no soportas los musicales...
Ópera prima del sr Luis Piedrahita y su compinche, una cosa que quiere ser un thriller matemático o algo así, con un montón de personajes encerrados en una habitación descifrando acertijos (de esos de los crucigramas) y otro tipo dando tumbos por ahí mientras los guionistas (los directores mismos) tratan de engañar vilmente al espectador con un guión al que, lamentablemente, se le ven las costuras en todo momento. Los jovencitos no cuelan como matemáticos ni por aproximación, Federico Luppi está bien, como siempre y Lluis Homar rezuma tablas, pero la sorpresa es Santi Millán, por una vez alejado de su estigma de graciosete. No obstante, curiosilla por su rareza y por un par de apuntes visuales bastante logrados (el mecanismo hidraúlico mola), se ve con cariño y entretiene.
Clive Owen disfrazado de mendigo, con un bebé en brazos, salta, brinca, hace muecas, pone cara de capullo, suelta frases lapidarias y, sobre todo, dispara a todo lo que se mueve. Monica Belucci compite en macarrismo mientras demuestra poderío mamario. Paul Giamatti, completamente histriónico, les persigue sin tregua con los ojos desorbitados mientras salen sicarios sin parar de cualquier esquina. Revisión del John Woo más hiperbólico. Un tiroteo cinético de hora y media. Un capítulo del Coyote y el Correcaminos hecho carne. Pura adrenalina sin sentido. Frenética. Absurda. Divertida. Delirante. Descerebrada. Y todo a ritmo de heavy-rock, porque es el único sonido que relaja al bebé. Yeah!
Enésima adaptación de un relato de Stephen King, con todas sus constantes y paranoias y el mismo título que la obra maestra de John Carpenter, aunque poco tienen que ver. El experto en esta materia Frank Darabont (estupenda CADENA PERPETUA) se enfrasca en esta historia apocalíptica y sobrenatural con renovados bríos tras el pestiño de THE MAJESTIC. Típica situación de encierro de muchos personajes variopintos, esta vez en un supermercado, sitiados por algo muy chungo. Buen arranque, tenso desarrollo y, sobre todo, un final patético y deprimente, en el buen sentido, inusualmente duro y realmente desolador, algo inaudito en un film de estas características. Por lo demás, una buena película de género con acertados guiños al universo lovecraftiano que tanto me gusta y cierto tratamiento documental en las escenas corales, algo de agradecer pero que es lastrado por los imprescindibles alardes efectistas y verbeneros para justificar presupuesto. 
La LITTLE MISS SUNSHINE del año. Imposible encontrar a alguien que no haya caído rendido con esta encantadora comedia repleta de diálogos y réplicas brillantes, interpretaciones prodigiosas (Ellen Paige, ya lo dijimos desde HARD CANDY amigos, una fuerza de la naturaleza) y un guión perfecto, asombroso de la debutante Diablo Cody. Aunque con ese nombre, ¿quién se puede resistir? 
Ya se pueden ir olvidando de los asiáticos en materia de horrores y extremismo. Desde hace pocos años nuestros vecinos han decidido epatar al respetable a base de brutalidad, renovando un género que estaba muerto en Francia desde hace... ¿décadas? A L´INTERIEUR es una bestialidad protagonizada por dos mujeres: una a punto de dar a luz su bebé, con una historia trágica tras de sí, la otra totalmente desequilibrada y dispuesta a todo con tal de arrebatarle la criatura... antes de nacer. Angustia, tensión en tiempo real, crueldad extrema y litros y litros de sangre en un juego del gato y el ratón en una casa, un ejercicio de estilo y planificación que deja sin aliento y con muchísimos puntos en común con esa otra maravilla francesa titulada ALTA TENSIÓN, del geniecillo Alexandre Ajá, pero con un marcado toque giallo super-estilizado que recuerda al maestro Darío Argento. A su brutal modo, cine puro. 
Deliciosa y tronchante comedia 100% inglesa que recupera y actualiza con éxito esas otras deliciosas comedias de los 50 y 60 de la factoría Ealing, esas por las que se paseaban elegantemente sir Alec Guiness o Peter Sellers. Enredos miles, juegos de puertas y carreras por los pasillos, diálogos brillantes, momentos muy surrealistas, familiares desquiciados, un enano, un secreto familiar, un ataud con un muerto y un frasco de LSD etiquetado como "Valium" en un velatorio... ¿hace falta seguir? Con aroma de clásico, amigos.
Sólo he visto la estupenda HAPPY TOGETHER del coreano, mis ojos están casi vírgenes con su cine. Esta, su última obra y primera experiencia norteamericana, es una pseudo road movie arrebatada y romántica, una de esas películas con muchas historias dentro, con una cadencia suave y susurrada como una balada soul a media luz, que me fascinó por su atención a los objetos, a los detalles y por ese final tan sencillo como efectivo. Norah Jones aprueba con nota su primera incursión en celuloide. Cat Power aparece tras unos ventanales, se toma un café y su voz resuena por los altavoces. Todo está impregnado de música en esta película pequeña e íntima con un misterio: a pesar de lo que se puede leer en el cartel oficial, no he visto ni a Ed Harris ni a Tim Roth por ningún sitio... ¿futuro director´s cut?
- Lo mejor: la suave sensación casi onírica que transmite, no sé bien por qué...
- Lo peor: el abuso del ralentí como figura de estilo
FAMILY GUY. BLUE HARVEST
Capítulo doble inédito en España, una parodia/homenaje de STAR WARS (la mítica) que entusiasmará tanto a los fans de la serie como a los de la peli, que es mi caso. Algo menos salvaje que cualquier capítulo pero lo suficientemente tronchante como para echarle un vistazo birra en mano. Además, cuenta con el beneplácito del todopoderoso Lucas, la banda sonora original de la película (atención al gag sobre John Williams y Danny Elfman) y secuencias enteras calcadas. Son solo 50 minutillos, merece la pena el desfase, amigos.
INTO THE WILD, de Sean Penn
Continuará...
