domingo, 5 de noviembre de 2006

EN LOS LÍMITES DE LA REALIDAD

TOOL en Leganés
04.11.06


Resulta raro. Mondo Zombie despierta a altas horas con un leve zumbido en la cabeza y en los oídos, suave, cálido, misterioso. Resulta raro despertar en tu particular microcosmos después de haber sufrido semejante viaje nocturno a los mismos límites de la realidad.

TOOL en Leganés. Se abrió un vórtice espacio-temporal del copón en el mismísimo centro del extrarradio madrileño. Ya sé, estuvieron aquí hace cinco meses, en ese demencial Festimad del que muchos dijeron que fue lo mejor, pero formaban parte de un pack mal organizado. No era su gira. No eran sus dominios.

Pero vamos por partes. Antes de la psico-tribu caldearon el ambiente una panda de macarras que forman esa apisonadora metálica llamados MASTODON. Lamentablemente, su sonido fue confuso en los primeros temas, saturado por la acústica del recinto (La Cubierta aún no es el escenario adecuado para ellos), cosa que se fue paliando hacia el final de la descarga. Se confirma que la base rítmica dirigida por el bestial bateras Brann Taylor es la fuerza motora de esta banda, tanto que una baqueta salió volando partida en dos en la tremenda cabalgada de “Blood And Thunder”. Aún así, y confensando mi admiración hacia sus discos, ligera decepción e incomprensible ausencia de ese clásico de su primer disco, “March Of The Fire Ants” (45 minutos se os quedan muy cortos, amigos).

Tras los imprescindibles retoques en el escenario (Mastodon tocaron a pelo, tal cual), las luces se apagaron y el público demostró a gritos cual era la razón de su presencia allí. Envueltos en la oscuridad, Tool fueron desplegándose en el escenario y atacaron con su buque insignia, el perfecto “Stinkfist”, tema de apertura del magistral Aenima del 96. La puesta en escena estaba preparada: 4 misteriosas pantallas gigantes aún dormidas, decenas de focos multicolores distribuidos en 3 enormes lámparas-araña, cañones de láser esperando su turno, los currantes del stage ataviados con batas blancas, y ellos, los oficiantes, a kilómetros unos de otros en un ambiente entre aséptico y cósmico… se sentía en la piel… algo iba a pasar…

… y poco a poco fue ocurriendo… las alas de Tool fueron desplegando todo su ENORME poderío audiovisual hasta configurar un espectáculo hipnótico con la mágica capacidad de absorber las neuronas y hacerlas bailar en una centrifugadora emocional que hacía imposible despegar los putos ojos de lo que allí estaba pasando. Maynard Keenan, conductor del ritual, transfigurado en una especie de cyberchamán con cresta mohicana, torso desnudo y vaqueros, con una máscara con el micro acoplado que le permitía total libertad de movimientos, una especie de insecto que se contorsionaba y alzaba los brazos al cielo, danzando entre las mareas de riffs y efectos que la banda iba desarrollando sin tregua… las pantallas iban iluminándose hasta deslumbrar a toda pastilla… imágenes hipnóticas, abstractas, secuencias Fibonacci, ocultismo, numerología, fractales, simbología, alquimia, todo perfectamente coordinado con una música que nos llevaban a lugares desconocidos conformando un todo inseparable y coherente, nada chirriaba, nada estaba fuera de lugar.


El viaje colectivo continúa hasta llegar a lo que, sorprendentemente, fue el cenit de la función, “Wings for Marie” + “10.000 Days”, el tema título de su última obra, una suite de más de 14 minutos de duración que ni en los mejores sueños hubiera pensado que funcionaría tan bien en directo. Un in crescendo perturbador que narra los 10.000 días que la madre de Maynard estuvo postrada en una cama sufriendo una enfermedad degenerativa… hasta llegar a la muerte… intenso, simplemente estremecedor…


Adam Jones, inmóvil a la izquierda, ejecutaba con precisión quirúrgica esos riffs inconfundibles marca de la casa mientras Jutin Chancellor, en el otro extremo del escenario, marcaba y se desmarcaba de la base rítmica, arrodillado a veces, mirando a la cúpula celeste. Y Danny Carey, santo dios… un tipo que es capaz de sacar esos sonidos aporreando unos tambores y unos platillos no debe ser de este planeta.

Por desgracia, los litros de birra ingerida iban a pasar factura. Las notas toolianas excitaron hasta mi vejiga y… hubo que hacer un mutis por el foro estratégico entre tema y tema… lo que utilicé para escrutar el ambiente: el personal estaba absolutamente inmerso en el espectáculo, muchos de pie, pero otros muchos sentados en las gradas, de viaje estelar, algunos con las piernas cruzadas sobre un asiento de granito, inmóviles, mirando fijamente al tendido… no recuerdo otro concierto de rock (duro) en el que me haya encontrado jóvenes budas melenudos en posición del loto, completamente fuera del mundo (o muy dentro de él). Es difícil explicarlo, pero esta gente consigue algo cercano a provocar/visualizar un estado alterado de conciencia (casi) sin drogas. No es casualidad que terminasen la velada con fragmentos de “Third Eye”, o la búsqueda del “último nivel de conocimiento”.


Tool en directo no son ninguna broma. Vale, el solo de batería de Adam Jones fue breve, pero sobraba completamente, y la “sentada” de los cuatro en un escaloncillo del escenario, sólo para ser alabados por el público, está fuera de lugar, pero poco más se les puede reprochar. Muchos les tachan de pretenciosos, pero ser pretencioso es un “quiero y no puedo”, y Tool quieren y, joder, vaya si pueden. Es asombroso como esta gente hace que sus enrevesados temas de 8 y 9 minutos, muy lejos de las estructuras tradicionales del rock, capten tu atención y pasen en un sueño, en una visión. Tool son muy buenos en estudio, pero en directo se desarrollan y exploran todo su potencial.

Tool son grandes, muy grandes. 1ª división del rock de aquí y de ahora.

3 comentarios:

kILL_Yr_Ydols dijo...

Pero... la pregunta es... ¿Te los llevarías a una isla desierta?
Una gran velada, amigo.

Karba dijo...

Pues me los llevaría sólo después de: los discos que acordamos, los olores que imaginamos, los sonidos, las imágenes, los libros, las bebidas, las comidas (y el poster de Kabukiman...)

:)

Continuará...

Anónimo dijo...

Yo tb estuve en leganés, fue una pasada!! aunque no tocaron ni Wings pt1 ni Wings pt2, osea k ni 10.000 days ni Wings for Marie. Y Mastodon me los perdí por culpa de la mierda de organización, pero almenos estuve con ellos y se me quitó la espinita. Un saludo!