lunes, 28 de mayo de 2007

A hard days afternoon: 6 horas en LIVERPOOL

Espe Hilton arrasa en Madrid. Gallardón seguirá arrasando Madrid. Paralelamente, El País publica titulares como "Una mujer china vivió 64 años con una bala en la cabeza". Para celebrarlo y por aclamación popular (por fin, Mrs. Perkins!), Mondo Zombie huye del foro raudo y veloz en dirección a Liverpool.




Dicen que los Beatles se aficionaron a los sonidos rockabillies en su adolescencia, mientras jugaban al fútbol por las calles y escuchaban canturrear a los fornidos marineros que arribaban a puerto desde los EEUU. Si a usted no le interesa ni los Beatles ni el Liverpool Football Club ni los marineros borrachos, pasen de largo por Liverpool, porque nada más van a encontrar. No obstante, Mondo Zombie le propone el siguiente recorrido por la ciudad:



- Si el bus les deja en los suburbios, corran hacia en centro sin mirar atrás, y recuerden que Full Monty es sólo una película y que en el cine la sangre es ketchup.

- Esté atento a las señales. Algunas delimitan la zona permitida a pederastas.


Pedestrians, go home!

- Si busca los Docks (muelles) se acabará topando con la Cathedral de Liverpool. Es la catedral neogótica más grande del Imperio (esto del Imperio se lo recordarán constantemente algunos irlandeses borrachos), una pesadilla vertical que terminó de construirse en 1977, como homenaje a la Estrella de la Muerte de Darth Vader. Tiene la peculiaridad de contar con un guarda imbécil y una cafetería DENTRO del recinto, donde usted podrá emborracharse bajo el crucero mientras discute con sus compañeros si aplicar el adjetivo de horrible o bien monstruosa a tan magna obra.



La cathedral, a punto de despegar


- Si duda por dónde proseguir, debe elegir siempre "hacia abajo". Atravesará el mismo Chinatown de Manchester camino a los Docks, y en este punto usted se sentirá como en casa, pues Liverpool le recordará constantemente a Madrid: está en obras.


- La fiebre Beatle se materializa poco a poco, según vamos acercándonos al Cavern Club, pero no se emocionen: el siguiente mural es lo más creativo que van a encontrar al respecto. Todo lo demás es un parque temático tan emocionante como un gato de porcelana en el salón de Espe Hilton.


Arte callejero, y gratis


- "Por fin, ¡el mar!"- pensará sin duda. Bien, no podemos negarlo, pero no le animamos a darse un chapuzón en esas aguas chocolatosas de las que, periódicamente, salen tentáculos. Los Docks tienen su encanto: una estatua de un rockero fifties erecto, clon perfecto de Elvis (sorry, no recuerdo quien eras...) preside la entrada a los muelles, donde uno sentirá el peso de la historia naval del Imperio sobre sus cabezas. Aunque el Titanic se construyó en los astilleros de Belfast, allí son unos cachondos y le dedican un monumento con forma de... iceberg. Lo mejor que pueden hacer es comer bajo los soportales en el East East East. Pidan pizza, no se arrepentirán.


Vic, emocionada ante el festín...

- Circunciden los Docks, visiten la tienda de souvenirs del Beatle Museum, déjense las pounds en algo que nunca compraría en España y suba rumbo al Cavern Club.


Lo fácil hubiese sido fotografiar a Lennon...

- Camino al Cavern Club, se topará con la DESCOMUNAL estatua en piedra negra de un Troll de las Cavernas, que con mirada aviesa amenaza con despedazarle con sus afilados colmillos y su maza de guerra. No huyan. Un examen más riguroso le descubrirá que el Troll se llama Victoria y que fue la reina que dió nombre a toda una época de la historia inglesa. El cetro no lleva púas.


- Tras 6 horas oyendo hablar del Cavern Club, usted se perderá sin remedio en las callejuelas tratando de encontrar Mathew St. Inaugurado en 1957, todo lo que es hoy en día se lo debe a que los jovenzuelos melenudos se batieron el cobre allí desde 1961 hasta 1963. Hacia principios de los 70, The Cavern fue clausurado porque el proyecto de un respiradero para un supuesto metro se interpuso en su camino. Nunca hubo metro ni respiradero, pero tras su re-inauguración a principios de los 80, el Cavern no volvió a levantar cabeza por méritos propios. Una enorme foto a tamaño natural recuerda dónde se encontraba la entrada original a la caverna y a las masas de jovencitas que allí se agolpaban. Mondo Zombie les recomienda encarecidamente acudir al lugar con una beatlemaníaca auténtica y genuina (una de aquellas que se dejaron las cuerdas vocales gritándole a la tele en blanco y negro), aun a riesgo de sufrir contusiones y moratones en el tímpano. Su pasión le será transmitida por pura química, y usted se emocionará sin poder evitarlo. El garito en sí es bastante resultón, pero uno no puede quitarse de la cabeza la idea de "atracción turística". De hecho, un 90% del personal que entra se limita a pasear y hacer unas fotos, sin pararse ni un minuto a saborear una pinta mientras se pregunta: "¿por qué Dios ha dejado vivir a los dos miembros más memos de los Beatles?".





Cavern Club, now and then


- Finalmente, regrese a la carrera a la Bus Station. Su viaje por Manchester y Liverpool ha terminado, pero sepan que allí se queda lo mejor de viaje.




3 comentarios:

ChirriAndo dijo...

me dan unas ganas de ir... (¬.¬)

PDJ dijo...

Joeee...menos mal que alli seguira lo mejor de mi futuro viaje :)
Me prestas a tu mare para ir al Cavern? jiji
Gasias gasiasss!!!

Alliksuina dijo...

pero mereció por supuesto la pena...¿a que si?.. ya nos contarás..aunque para eso, primero tendremos que vernos..Parece que los Astros no están por la labor Mr.Zombie